Redes...

Precisamos tiempo...


Me estoy tomando mi tiempo para leer “Psicohigiene. El cuidado de uno mismo y de los demás”, de Javier Urra. Lo retomo de tiempo en tiempo, cuando se que dispongo de un  poco de sosiego.


Os dejo un extracto de la lectura que hice ayer. Espero que os guste.

“Nacemos y morimos llorando, sonriamos entremedias. Para ello, relativicemos la importancia de los acontecimientos, adaptémonos a los cambios, busquemos la simplicidad, que las posesiones no nos esclavicen, que los miedos, los rencores o el ego no sean un lastre, no caigamos en la invitación-trampa del “disfrútelo ahora y apáguelo mañana”. Dediquemos tiempo a lo importante, prioricémoslo, así habrá menos tiempo para lo urgente. Por cierto, no tenemos que contestar inmediatamente a todas las llamadas telefónicas, ni a todos los correos electrónicos.

Entreguémonos a la vida sin miedo. Así, no hay preocupaciones, somos libres y felices, conscientes de que no tenemos el poder de manejar todo aquello que nos acontece y que nos carcome, un estúpido orgullo egocéntrico que nos hace creer que, gracias a nuestra intervención, podemos normalizar todo lo que nos rodea…

Disfrutemos de los placeres sencillos, no aspiremos a ser muy felices, antepongamos la flexibilidad a la rigidez, la calma a las reacciones hirientes. Con los años y sabiendo acumular el saber que nos aporta la experiencia, llegamos a priorizar.

Ejercitemos la extraordinaria virtud de la paciencia, no todo se reduce a acelerar, a vivir vertiginosamente. Precisamos tiempo para pensar, abordemos las cosas una a una, no nos dejemos llevar por el caos de emociones y pensamientos. Fomentemos nuestra plasticidad vital, despreocupémonos de nosotros del uno mismo.

Iluminemos lo oculto, hagamos huir a los fantasmas. Busquemos remedios, sin recrearnos en los conflictos. ¡Problemas! ¿Qué problemas? Lo insalvable es cuando te dicen que te quedan seis meses de vida, o que eso le queda al ser que más quieres (que no siempre coincide con uno mismo).”