He querido publicar en el blog el pregón de
Navidad o Calenda, que se proclama al inicio de la Misa del Gallo, porque
recoge perfectamente el verdadero sentido de la Navidad para un cristiano.
Junto con el Pregón Pascual,
es uno de los textos más hermosos que se pueden encontrar en la liturgia
cristiana.
Pregón de Navidad o Calenda
Habían pasado miles y miles de años desde que, al
principio, Dios creó el cielo y la tierra y, asignándoles un progreso continuo
a través de los tiempos, quiso que las aguas produjeran un pulular de vivientes
y pájaros que volaran sobre la tierra.
Miles y miles de años, desde el momento en que Dios quiso
que apareciera en la tierra el hombre, hecho a su imagen y semejanza, para que
dominara las maravillas del mundo y, al contemplar la grandeza de la creación,
alabara en todo momento al Creador.
Miles y miles de años,
durante los cuales los pensamientos del hombre, inclinados siempre al mal,
llenaron el mundo de pecado hasta tal punto que Dios decidió purificarlo, con
las aguas torrenciales del diluvio.
Hacía unos 2.000 años que Abraham, el padre de nuestra
fe, obediente a la voz de Dios, se dirigió hacia una tierra desconocida para
dar origen al pueblo elegido.
Hacía unos 1.250 años
que Moisés hizo pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos de Abraham, para
que aquel pueblo, liberado de la esclavitud del Faraón, fuera imagen de la
familia de los bautizados.
Hacía unos 1.000 años que David, un sencillo pastor que
guardaba los rebaños de su padre Jesé, fue ungido por el profeta Samuel, como
el gran rey de Israel.
Hacía unos 700 años que Israel, que había reincidido
continuamente en las infidelidades de sus padres y por no hacer caso de los
mensajeros que Dios le enviaba, fue deportado por los caldeos a Babilonia; fue
entonces, en medio de los sufrimientos del destierro, cuando aprendió a esperar
un Salvador que lo librara de su esclavitud y a desear aquel Mesías que tos
profetas le habían anunciado y que había de instaurar un nuevo orden de paz y
de justicia, de amor y de libertad.
Finalmente, durante la
olimpiada 94, el año 752 de la fundación de Roma, el año 14 del reinado del
emperador Augusto, cuando en el mundo entero reinaba una Paz universal,
hace 1991 años, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado
entonces por los romanos, en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada, de
María virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios
eterno, Hijo del Eterno Padre,
y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que los hombres esperaban.
y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que los hombres esperaban.
El es la Palabra que
ilumina a todo hombre, por él fueron creadas al principio todas las cosas; él,
que es el camino, la verdad y la vida, ha acampado, pues, entre nosotros.
Nosotros, los que creemos en él, nos hemos reunido hoy
(en esta noche santa), o mejor dicho, Dios nos ha reunido, para celebrar con
alegría la solemnidad de Navidad, y proclamar nuestra fe en Cristo, Salvador
del mundo.
Hermanos, alegraos, haced fiesta y celebrad la mejor noticia de toda la historia
de la humanidad.
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