Para encontrarte saldré
del amor que me encierra
del querer que me aísla
del interés que me
ciega.
San Ignacio
Si adviento es salir al
encuentro de Dios deberíamos (digo yo) emprender con paso firme y decidido el
camino hacia el otro, y hacia uno mismo… que se pierde mucho tiempo buscando la
fuente sin saber dónde está el manantial.
Y si
adviento es salir al encuentro del otro y de uno mismo deberíamos (digo yo)
emprender con paso firme y decidido el camino hacia Belén, esto es, hacia dónde
no se espera a Dios (Jn. 1,46).
Pues,
¿quién espera salvación alguna en medio de tanta pobreza, indigencia, debilidad
e inseguridad?, ¿quién se adentra en la noche para buscar algo de luz?...
¿Será
adviento tiempo de preguntas más que de respuestas?...
No lo sé.
Pero es esperanzador saber que el amor nace al calor de la pobreza, se hace
fuerte en la debilidad, seguridad a la intemperie, luz en la noche y esperanza
donde nadie espera.
Si por un momento hemos sentido a Dios cerca, o lo hemos deseado, no tengamos miedo de mirar hacia arriba, puede que nos veamos sorprendidos
encontrando la estrella sobre nuestro pobre pesebre. Tampoco desdeñemos mirar
hacia abajo, puede que nos veamos sobrecogidos encontrando estrellas, cientos
de estrellas, a nuestro alrededor.
El
siguiente mensaje navideño es del Papa Francisco. Merece la pena leerlo y
releerlo. Sorprende por su sencillez y profundidad.
"La Navidad suele ser una
fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del
Amor."
Navidad eres tú, cuando
decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de
Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la
vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que
adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y
buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino
de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
Los ángeles de Navidad
eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La
estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el
Señor. Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin
importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía
dentro de ti. El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y
hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad
está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas
y reestableces la paz, aun cuando sufras. La cena de Navidad eres tú, cuando
sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche
de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al
Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de
confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece
el Reino dentro de ti. Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la
Navidad.
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