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Es el amor quien tiene la última palabra




Cuaresma es un buen momento para tomar conciencia de nuestra debilidad y reconocer dónde está la fuente de nuestra fortaleza. Ser cristiano no te libra del dolor y la incertidumbre con que la vida golpea a veces. Tener fe no destierra, de nuestro día a día, la tristeza que nos lacera entre dudas y desencuentros, ni nos protege de soledades que acechan a la vuelta de cualquier esquina.

Al cristiano le flagela todo de la misma manera que a cualquiera, pero lo vive con otra perspectiva pues sabe del sentido que se esconde detrás de cada suceso, incluso de la misma muerte.

La fe no te permite el engaño de la apariencia, te hace mirar de frente e ir a lo profundo, por desconcertante que resulte.

Y te encuentras poniendo amor donde se puede, ternura y afecto. Te descubres llenando desiertos de soledades con pequeños encuentros, poniendo luz en noches desmedidas desde tu luz de estrella, desterrando amarguras con una sonrisa o una mirada abierta. En definitiva: muriendo a la vida.

Como todos vamos muriendo poco a poco, conforme el tiempo pasa, pero la fe te hace saber que estas muriendo a la vida.

La vida nos va desnudando entre cuaresmas que nos encaminan hacia la resurrección, por doloroso que sea el tránsito…

No olvidemos que es el amor quien tiene la última palabra…

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Solo Tú

Porque nuestros proyectos se desmoronan y fracasan
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos,
porque chocamos continuamente con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente y nos engañamos con tragos de sal.

Al fin, en la raíz, en lo hondo, sólo quedas Tú.
Sólo tu Sueño me deja abrir los ojos,
sólo tu Mirada acaricia mi ser,
sólo tu Amor me deja sereno,
sólo en Ti mi debilidad descansa
y sólo ante Ti la muerte se rinde.
Sólo Tú, mi roca y mi descanso
Javi Montes, sj