Ni de gloria o fama, ni de poder o dinero, ni de imagen o apariencia, ni de conocimiento o reconocimiento, ni de tecnología o conexión…
De lo que
tenemos verdaderamente sed es de amor. Sin él, el poder y el dinero nos carcomen,
la imagen y la apariencia nos deforman, el conocimiento y el reconocimiento nos
ciegan, la tecnología nos desconecta…
Tenemos sed de
amor y éste ni se gana, ni se compra o se merece, se acoge y se comparte.
Monasterio de Iranzu - Navarra
Junto al pueblo de Abárzuza y el Valle de Yerri
Verano 2013
Redes...