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Cambio y Miedo



Extractos del libro: “Humanoffon.
¿Está internet cambiándonos como seres humanos?”
de  Andy Stalman

Todo cambia constantemente. Primero eres niños, luego joven, después adulto y, finalmente, anciano. Una persona sana se enferma, y otra que está enferma se cura; el rico se vuelve pobre, y el pobre se convierte en rico. El cambio es constante porque el cambio sólo es una cuestión de tiempo. Me atrevería incluso a decir que el tiempo es sólo la distancia entre dos cambios. Sólo eres capaz de ser consciente del tiempo por los cambios que te rodean. Y si el cambio es la constante, ¿por qué entonces resistirse a él? El problema con el cambio es que implica la aparición de algo nuevo. Y lo nuevo trae consigo aquello que todo lo desconocido acarrea: MIEDO. El cambio es siempre la respuesta a un nuevo estímulo y aunque te resistas a aceptarlo, los cambios siguen ocurriendo.

Aunque tu cambio no suceda, el mundo seguirá girando y todo continuará cambiando a tu alrededor. Tu resistencia no impedirá que todo siga su curso. En el siglo XXI hay dos palabras que se han puesto de moda en el ámbito laboral y que solemos escuchar muy a menudo. Estas palabras son “cambio” y “miedo”. El cambio, no debe ser confundido con la actividad de modificar algo solo exteriormente, ya que el cambio implica algo profundo, algo por lo cual toda estructura de un mundo se mueve, generando un proceso que requiere de mucho esfuerzo, para dar nacimiento a lago distinto. Los cambios no surgen del deseo de cambiar solamente, sino de la necesidad imperiosa de hacerlo.

Es por eso que la comodidad no genera nunca un cambio real, porque todo cambio surge como respuesta a una incomodidad existente. Para que haya un cambio real, es necesario que anteceda una crisis, y al decir crisis me refiero a un montón de realidades en movimiento, en caos, en desorden y en conflicto. Los cambios, muchas veces, pueden estar generados por desgracias, por fracasos, por enfermedades, por rupturas o por quiebras, e incluso por la felicidad, pero nunca están generados por la comodidad. El proceso que genera todo cambio es lento y exige perseverancia, pero, a posteriori, genera una sensación de superación y de alegría que, la mayoría de las veces, suele ser inexplicable. La sensación de sentir que, a fin de cuentas, estás vivo, y que el movimiento bajo tus pies, no era sólo una teoría, sino que tú también formabas parte de él. Todo cambio deja tras de sí un precipicio, porque cambiar es duro y forma parte de un proceso que implica mirar, mirarse y, por supuesto, atreverse a elegir un movimiento diferente. El cambio nos enfrenta también al aquello que trae lo diferente: el MIEDO.”