Extractos del libro: “Humanoffon.
¿Está internet cambiándonos como seres
humanos?”
de Andy Stalman
“Es
desolador ver cómo, en el día a día, la “cosa” está por encima del ser humano,
y cómo lo virtual sustituye la experiencia y el contacto con lo tangible. Esta
falta de conexión con “lo que es” deshumaniza y quita al hombre la posibilidad
de sentir y ser empático con su entorno. ¿Cuántas personas se levantan por la
mañana a mirar el móvil incluso antes de saludar a su pareja que dormido a su
lado? ¿Cuántas personas corren a responder el WhatsApp de un amigo que vive al
otro lado del mundo y hace años que no ve en vez de seguir atendiendo al relato
de su hijo sobre el partido que acaba de jugar con su equipo? ¿Cómo está
afectando esta nueva socialización global que están creando las nuevas
tecnologías? ¿Hace al ser humano más sociable la posibilidad de tener miles de
amigos en todo el mundo, infinidad de seguidores y reencuentros con personas
olvidadas? Cuando impide o limita el estar aquí y ahora, la tecnología está
quitando lo humano del hombre. Quita la experiencia con lo que antes conocíamos
como “lo real”.
Hoy
resulta muy controvertido ver cómo a una gran mayoría de las personas le atrae
más lo “muerto” y lo “mecánico” que la vida y lo viviente, lo humano (si por “humano”
entendemos lo único capaz en la creación de sentir emoción y empatía por el
otro y el entorno). Únicamente el ser humano posee esa capacidad, y eso es lo
que le hace único. ¿Son las “cosas” las que empiezan a dominar al hombre? Las personas
se han convertido en unas grandes consumidoras de cosas, pero han dejado de dar
importancia a su faceta creadora y humana. Pero el ser humano fue creado como “creador”
antes, mucho antes de ser “consumidor”. Por supuesto, las personas necesitan de
lo económico para vivir, pero éste no es un fin, es sólo un medio.
El
fin es el mismo ser humano: la afirmación de lo que es. Lo que hace a su
especificidad humana es la realización de su vocación: crear, hacer que la vida
y el mundo sean más humanos. Como lo olvidamos con frecuencia, debemos
recordarlo.
Ahora,
el hombre es “Homo consumens” y esto lo coloca en una posición más cómoda,
inactiva, a la vez que siempre insatisfecha. Lo expresa Zygmunt Bauman con
meridiana claridad: “El problema no es consumir, es el deseo inacabable de seguir
consumiendo”. Se olvida con frecuencia que las cosas son un medio y se han
convertido en fines. Estamos ante las cosas como fin y no como medio para
desarrollar el potencial creativo, para crear una vida humanamente más rica en
la que el hombre sólo “consuma mucho”. El Homo sapiens se ha convertido
(¿evolucionado? ¿involucionado?) en el “Homo consumens” (…).”
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