Redes...

¿Soledad digital?



Extractos del libro: “Humanoffon.
¿Está internet cambiándonos como seres humanos?”
de Andy Stalman

“…las soledades llenan un vacío
gracias a ellas nos despabilamos
y lentamente vamos aprendiendo
que el clan humano es después de todo
una congregación de soledades.”
Mario Benedetti

“Es probable que lo social se esté trasladando al espacio digital. El ser humano, como especie, ya no se conecta por obligación o deseo, sino por necesidad. Tan conectado está que ya no puede desconectarse. El ser humano es hoy un ser conectado, y presenciamos la evolución de un nuevo Homo. Giovanni Sartori explicó que el Homo sapiens era un ser caracterizado por la reflexión; pero  el Homo videns ve, pero no piensa, y a menudo no entiende. Ahora, Sartori culpa a la televisión e internet de “producir imágenes y cancelar los conceptos, atrofiando así la capacidad de comprender” del Homo sapiens al Homo videns y, ahora al nuevo Homo, el “Homo conectadum”.

Ver a personas solas mirando sus teléfonos rodeados de una multitud sea tal vez, de las escenas que mejor representen nuestro presente. Selfies de celebridades, eventos con más dispositivos que personas, los cuales son utilizados para registrar el partido, el desfile o el concierto, en una obsesión por capturarlo todo y compartirlo todo; y quizá también con una enmascarada intención de dejar testimonio de una época que necesita volver a estar presente para seguir avanzando. Las cuentas con más seguidores en Instagram son las de… (celebridades y famosos). Como es evidente, no hay filósofos, ni científicos, ni sociólogos, ni escritores en ese grupo. El poder del entretenimiento trasciende todas las fronteras y ocupa hoy el lugar más destacado. Estar entretenido se ha vuelto lo urgente, lo imperioso, lo moderno. Y existe una nueva versión del entretenimiento que incluye pasar el tiempo online, para compartir, ser amigo, seguidor o aprendiz de gente que aporta todo tipo de contenidos en la red.

Lo que llama a la reflexión es ¿qué busca la gente que les sigue?, ¿qué necesita de ellos?, ¿qué le inspiran? (…)


Desde hace tiempo el concepto de reputación cedió el lugar al de notoriedad. Cuenta ser “reconocido” por los propios similares, pero no en el sentido de reconocimiento, sino en el más banal por el cual, al verte en la calle, los otros pueden decir: “Mira, es él”. El valor predominante es el de aparecer relegando el “ser” y el “hacer” a un segundo plano. Las personas parecen querer conocer al peluquero, la cafetería adonde van, los hábitos de sus mascotas…, como si quisiesen pasar de las narraciones en directo a vivir la vida a través de la de otra persona. El exceso de contenido personal que se comparte empieza a conseguir una aceptación general, convirtiendo la obsesión en normalidad. (…)

Los mensajes para que despertemos están presentes, es cuestión de abrir bien los ojos y empezar a verlos. El Imperio más grande de todos los tiempos, el romano, cuando el sol nunca se ponía dentro de su territorio, fue testigo ciego del comienzo de su declive. El panem et circenses marcó en algún punto el principio del fin del Imperio más grande de la historia. La degeneración, la falta de principios y la ausencia de valores vio cómo se resquebrajaba Roma. Aprender del pasado nos enseña a no repetir problemas, o errores."

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“Y si no sabemos querernos, es porque no sabemos estar solos. Sólo  en la soledad, rota por ella la espesa costra del pudor que nos separa a los unos de los otros, y de Dios a todos, no  tenemos secretos para Dios; sólo en la soledad alzamos nuestro corazón al Corazón del Universo; sólo en la soledad brota de nuestra alma el himno redentor de la confesión suprema. No hay más diálogo verdadero que el diálogo que entablas contigo mismo, y éste diálogo sólo puedes  entablarlo estando a solas. En la soledad, y sólo en la soledad, puedes conocerte a ti mismo como prójimo; y mientras no te conozcas a ti mismo como prójimo, no podrás llegar a ver tus prójimos otros yoes. Si quieres aprender a amar a los otros, recógete en ti mismo.”    

Miguel de Unamuno