Quise escribir sobre el Adviento y esto me ha salido:
“La vida no es la que
uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”,
decía Gabriel García Márquez. Puede que el escritor tenga razón, pero yo
acuñaría la frase para hablar de la memoria no de la vida. La vida está
henchida de presente, un presente que se entiende mirando hacia atrás, eso sí, sin
nostalgias ni melancolías, si no releyendo lo vivido para hallar su sentido
agazapado entre anécdotas desdibujadas por una memoria que toma partido en la
selección de los recuerdos; un presente que se abre a un futuro no predicho porque
no estamos predestinados, somos libertad llamada a ser libre, y tenemos el
poder de hacer con lo único que nos pertenece: lo vivido, posibilidad y
esperanza.
Eso
sí, podemos pasar por la vida sin vivirla -esta es una elección que se toma por
no quererla tomar- cuando nos anclamos en un pasado que podía haber sido y no fue.
Aunque, como muestran los versos del filósofo y poeta estadounidense Henry David
Thoreau, siempre podemos retomar el camino hacia la vida: "Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir
a fondo y extraer todo el meollo a la vida y dejar a un lado todo lo que no
fuese vida para no descubrir en el momento de mi muerte que no había
vivido". De estos versos podemos extraer dos ideas, una rotundamente desoladora,
pero veraz: podemos pasar por la vida sin vivirla; otra, igual de rotunda y no
menos veraz: la cuestión no es si es fácil o difícil, si no posible… es posible
vivir, y re-vivir al retomar el camino hacia lo que es la vida, y nacer de nuevo como proclamaba Jesús de Nazaret.
Se
requiere valentía para romper los espejos y mirarse cara a cara, para dejarse
mirar no solo por uno mismo, si no por la mirada del otro; se necesita humildad
para hacer este camino en soledad sabiendo que no se puede hacer solo, y hace
falta saber que no es un ejercicio de voluntad y sacrificio, si no,
fundamentalmente, de amor... un amor que se muestra fuerte en la debilidad.
Pero
este es otro tema del que ya hablaremos…
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