Rescato de mis viejos libros de poesía uno de los
poemas de Walt Whitman que más me impactó de joven, junto con: “Amor es”, de
Dulce María Loynaz.
Con el tiempo he aprendido a disfrutar del silencio
que la lectura provoca, aunque éste –el paso del tiempo- aún no ha sabido
domeñar mi insolencia al discrepar abiertamente, incluso con quien tiene más
camino recorrido para decir algo con valor y sentido.
Señor Whitman, el silencio no es el peor de los
errores, aunque puede llegar a serlo. Acallar con mi silencio lo que debe
saberse, decirse, proponerse, denunciarse… es evidentemente deleznable; pero, por otro lado, es
el silencio -mi silencio- quien me predispone a acoger la palabra del otro, incluso de Dios mismo. Más aún, si no le doy espacio a ese silencio que me
habita, el otro no sería más que ruido frente a mí, un objeto “extraño” al que
no podría concederle más palabra que la mía por no haber sitio para algo más.
Además, aunque el oído oye, es la mirada quien
escucha, es el silencio quien descubre lo que en mí está oculto, mientras que la palabra -con
demasiada frecuencia- es quien corre un velo, con más o menos elocuencia, sobre mi
temida desnudez.
No obstante, querido Whitman, la experiencia se propone
en un contexto y en el que me ha tocado vivir seguro que coincidiríamos en que
es más nocivo el exceso de ruido que de silencio. Lo que no parece cambiar es
que siempre ha habido quienes no son escuchados, por mucho que griten, y quienes
tienen el “derecho” y el poder –concedido- de ser escuchados, aunque no digan
nada ni en la forma ni en el fondo. Entonces sí, el silencio no sólo es el
peor de los errores, sino la forma más sutil y aborrecible de ser cómplice.
Walt Whitman
(1819-1892)
NO TE DETENGAS
Versión de: Leandro Wolfson
No
dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin
haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No
te dejes vencer por el desaliento.
No
permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que
es casi un deber.
No
abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No
dejes de creer que las palabras y las poesías
sí
pueden cambiar el mundo.
Pase
lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos
seres llenos de pasión.
La
vida es desierto y oasis.
Nos
derriba, nos lastima,
nos
enseña,
nos
convierte en protagonistas
de
nuestra propia historia.
Aunque
el viento sople en contra,
la
poderosa obra continúa:
Tú
puedes aportar una estrofa.
No
dejes nunca de soñar,
porque
en sueños es libre el hombre.
No
caigas en el peor de los errores:
el
silencio.
La
mayoría vive en un silencio espantoso.
No
te resignes.
Huye.
"Emito
mis alaridos por los techos de este mundo",
dice
el poeta.
Valora
la belleza de las cosas simples.
Se
puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero
no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso
transforma la vida en un infierno.
Disfruta
del pánico que te provoca
tener
la vida por delante.
Vívela
intensamente,
sin
mediocridad.
Piensa
que en ti está el futuro
y
encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende
de quienes puedan enseñarte.
Las
experiencias de quienes nos precedieron
de
nuestros "poetas muertos",
te
ayudan a caminar por la vida
La
sociedad de hoy somos nosotros:
los
"poetas vivos".
No
permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
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