Canción:
Ay,
mujer, desnuda de intenciones,
arrebatadamente,
con inocencia niña,
abriste mis presentes con tus juegos de otoño
y me hiciste prisionero de mi propia libertad
liberada entre tus miembros.
abriste mis presentes con tus juegos de otoño
y me hiciste prisionero de mi propia libertad
liberada entre tus miembros.
Espejismo
y misterio...
la
pasión nos conduce al amor y su verbo.
Alboreando la razón, aturdida reconoce su verdad
en el destello de la unión y el génesis de los amantes.
Alboreando la razón, aturdida reconoce su verdad
en el destello de la unión y el génesis de los amantes.
Ay,
mujer, sublime en lo cotidiano,
íntimamente
horizonte, libertad ofrecida...
Ay,
mujer, como ángel encarnado
haces
de cada aliento un sueño realizado...
El
alma gime humana, se sabe descubierta.
Los
miedos desterrados y las heridas abiertas
redimiendo el pasado.
redimiendo el pasado.
Ay,
mujer, tallada con dulzura a golpes de luz y sombra.
Vestida
de improvistos. Tu puerta siempre abierta.
Tus pasos sin destino. Tus ojos profecía
para quien no retuvo nada de sí mismo en tu vida.
Tus pasos sin destino. Tus ojos profecía
para quien no retuvo nada de sí mismo en tu vida.
Ay,
mujer, que importa no ser tu morada
si
me lo has dado todo
por no poseerte en nada.
por no poseerte en nada.
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