Mis héroes son las gentes que me encuentro en la calle con sus manos honradas y su frente tranquila. Mis héroes son las gentes que sudan su trabajo, que para abrir cajones no utilizan horquillas. Mis héroes son las gentes que ganan lo que tienen, los veo en los mercados contando sus monedas, intentando que cuadren los gastos de su casa con solo cinco dedos de su mano pequeña.
Mis héroes, normalmente, lloran cuando están solos. Suelen perder un pulso, nunca ganan la guerra. Los encuentro a menudo dando palos de ciego, cruzando preocupados por los pasos de cebra. Mis héroes van andando, porque no tienen alas, incluso, muchas veces, van en silla de ruedas. Mis héroes son de carne, tienen muchas heridas. Tienen pocas medallas, no los sigue una orquesta. Los he visto temblando de miedo, con los ojos opacos y perdidos, buscando una respuesta Los he visto llamando a puertas imposibles los he visto cantando para olvidar su pena.
Mis héroes normalmente, andan a ras del suelo, tienen muchos achaques, de noche se desvelar. No tienen un futuro que amarre su esperanza, no tienen un pasado que los lleve de vuelta. Pero yo los he visto sonreírme en la calle, temblándoles la vida, me han regalado un beso. Suelo verlos cruzando por los pasos de cebra y puedo aseguraros que son de carne y hueso.
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