Redes...

¿Prohibido prohibir?



Como padre de tres hijos, querido Neruda, la intención: “queda prohibido” se me antoja un tanto dura. Sí, hay que poner límites y normas. Los considero pilares de la educación. Los necesitamos para crecer, aprender y relacionarnos con nuestro entorno de forma saludable. Sin embargo hay que tener cuidado con el exceso de normas. Suscitar, incentivar, animar… deberían ser también pilares de toda educación. Más aún, considero que prohibir no es educar, es coaccionar.

Dicho esto, si me viera en la obligación de prohibir algo a mis hijos, a mis amigos, a mis compañeros de trabajo o a mí mismo, me ceñiría a cada uno de sus versos, amigo Neruda, sin desdeñar ninguno de ellos. Eso sí, ya les he dicho que hay cosas que debería estar “prohibido no leerlas”.

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

0 comentarios:

Publicar un comentario