Redes...

El gran mapa estelar




“La realidad está hecha siempre de relaciones,
de nexos, de redes, de tejidos que nos conectan y vinculan.
Todo es relacional.
Absolutamente todo grita al universo
sus mensajes y genera ecos inevitables
en la inmensa realidad”
Joan Garriga Bacardi


Dedicado a mi amiga Eva.


Hace no mucho una amiga, y compañera de trabajo, me llamó para decirme cómo uno de mis pensamientos -los que comparto en este Blog- había "tocado” el corazón de personas que probablemente no conoceré nunca. Le agradecí que me hiciera partícipe de esa magia que surge de vez en cuando en las redes sociales y le confesé que a mí me pasa lo mismo en este espacio infinito. He conocido a gente que “me ha tocado” para bien, dando palabra a lo que sentía y no sabía cómo expresar. Aún lo hacen. 

Esto me ha hecho pensar en “la red de redes” como una inmensa noche estrellada. Todos ansiamos luz en nuestras vidas, o poner luz a algo concreto que estamos viviendo, sin darnos cuenta que somos portadores de esa luz que deseamos.

Es hermoso descubrir, en el otro, la luz que buscábamos, y percibir en ella la nuestra. La noche se hace menos noche y la luz más luz. Es entonces, al coincidir, cuando formamos “constelaciones humanas”. Nuestras pequeñas luces se unen formando una realidad diferente, con más sentido, dibujando poco a poco un gran mapa estelar. Surgen entonces constelaciones como la amistad, el amor, la solidaridad, el sufrimiento y el dolor redentor, la soledad como espacio de encuentro (con uno mismo, con los demás, con Dios), la mirada elocuente, las palabras que riegan pieles resecas, los abrazos que llegan a todos los rincones del alma, los miedos que obligan a abrir las alas, el pasado que se despliega como un mapa del tesoro por encontrar, la inocencia restaurada del niño o la niña que fuimos y nunca nos dejó, los horizontes que nos forjaron como eternos caminantes, las sonrisas que brotan del corazón y abren nuestras puertas y ventanas sin que lo podamos evitar...

¡Hay tantas constelaciones! Cada vez que nos compartimos y nos reconocemos en el otro, y al otro en nosotros, las creamos, las recreamos, las inventamos…

Siempre podemos re-dibujar el mapa estelar del inmenso universo que aparentemente nos separa. 

¿Quién sabe si la noche que vivimos es una oportunidad para descubrir nuestras constelaciones interiores, o aquellas de las que formamos parte junto a otras estrellas? ¿Quién sabe si no estamos llamados a ser como el sol, si no a unir puntos de luz? Dicen que el universo se contrae poco a poco. Puede que el destino final de todo consista en volver al origen.

Mientras tanto: ¡me fascinan las constelaciones!...

Por supuesto, también me gusta sentir el calor del sol y la vida que provoca su presencia, eso sí, sin que podamos verlo de frente. Aunque si nos ponemos unas gafas, negras como la noche, hasta el sol se revela como una estrella. Pues lo es.

Ya hablaremos algún día de la luna con su luz heredada y de su presencia callada que mueve mareas. En otro momento. Cuando sintamos la noche de otra manera.

0 comentarios:

Publicar un comentario